De un tiempo a esta parte, al Barça-Madrid se le conoce en los medios como "el clásico", y la verdad es que el nombre le sienta como un guante al partido por excelencia de nuestro fútbol.
Madrid contra Barcelona, resultados contra juego, primero contra segundo, dinero contra dinero. No hay quien dé más. El país se paraliza y, aceptado hace años el hecho de que habrá que pagar por ver el partido en la tele, no se habla de otra cosa en los bares, en los institutos, en la calle y en el trabajo. En todos lados quien más quien menos participa en alguna porra sobre el partido del domingo. Es algo así como la versión futbolera de la lotería de Navidad que se nos viene encima.
En el bar de Andrés, donde religiosamente tomo café cada mañana laborable no han sido menos y no he podido resistirme a la tentación de participar en la tradicional porra. Ganará el Barça porque es el que mejor juega y, además es el local pero no he apostado por el 6-2 de hace unos meses. Un 1-0 o 2-0 me parece más probable.
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